Semana Santa: reflexiones de una expat en Andalucía

La Semana Santa en España es una de las celebraciones más potentes, visuales y simbólicas del país. Pero también es una de las más incomprendidas, especialmente para quienes vienen de fuera.

Recuerdo perfectamente la primera vez que viví la Semana Santa en Córdoba.
Me agobié.
Las calles abarrotadas, los sonidos de los tambores, los costaleros cargando imágenes imponentes, la gente llorando, aplaudiendo, rezando.
Todo me pareció exagerado, intenso, incluso teatral.
Durante años, simplemente huía. No lo entendía.
Y como no lo entendía, lo rechazaba.

Cambiar la mirada

Con el tiempo, empecé a mirar la Semana Santa desde otro lugar.
No desde la lógica, ni desde la religión.
Sino desde la curiosidad cultural y la empatía.

Y ahí descubrí otra cosa:
la Semana Santa andaluza no es solo una manifestación religiosa, es una forma de arte viva, una expresión de identidad colectiva, una coreografía entre historia, devoción y emoción popular.

No hace falta ser creyente para sentir algo al verla.
Basta con observar en silencio.
Ver cómo una ciudad entera se detiene, se transforma, se une.

La Semana Santa como patrimonio cultural

En Andalucía, la Semana Santa es patrimonio emocional.
Forma parte de la memoria de generaciones.
Cada paso, cada procesión, cada banda de música, cada saeta cantada desde un balcón, está cargada de simbolismo y de historia.

Podemos mirar con asombro festivales que mueven millones de personas en todo el mundo:

  • El Diwali en la India
  • El Ramadán en el mundo musulmán
  • El Año Nuevo Lunar en Asia
  • El Día de Muertos en México
  • El Vesak budista en Tailandia
  • El Hanukkah en Israel

¿Y lo que ocurre en Andalucía?

También es un ritual.
También transforma lo cotidiano en sagrado.
También conecta a las personas con algo más grande.

¿Qué valoramos cuando viajamos?

A menudo viajamos para “ver lo diferente”, para “abrir la mente”, para “vivir nuevas culturas”. Pero, ¿qué pasa cuando lo diferente ocurre justo delante de casa?

Tal vez necesitamos también descolonizar la mirada y aprender a mirar lo local con el mismo respeto y curiosidad con el que miramos lo lejano.

La Semana Santa en España puede no ser tu tradición, tu fe o tu forma de entender la espiritualidad.
Pero es una forma. Y como todas, merece ser comprendida antes de ser juzgada.

Una invitación a observar sin prejuicio

Esta Semana Santa, te invito a mirar desde otro lugar.
No con devoción, si no la tienes.
Sino con respeto.
Con sensibilidad cultural.
Y con la apertura de quien sabe que hay muchas formas de expresar lo sagrado.

¡Feliz Semana Santa!

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